miércoles, 22 de junio de 2011

Polvitos magicos


Nicolás era un niño muy tímido que muy pocas veces se atrevía a hablar. En las celebraciones de cumpleaños lo pasaba muy mal, porque no sabía que decir, ni cómo comportarse. Un día apareció en su casa una tarjeta de invitación, la cual decía que debía asistir a una fiesta de cumpleaños, por supuesto no se alegro con la noticia, pero debió asistir igual. Al momento de estar en la fiesta sintió algo extraño y se refugió en una habitación. De repente, apareció un ángel muy hermoso, pero que estaba un poco enojado, porque se tapaba sus orejas con sus lindas manos y le dijo a Nicolás: ¡Deja de gritar! Le dijo el ángel. Nicolás al escucharlo se sorprendió por aquella aparición y se olvido de su timidez, diciéndole al ángel: ¡Pero si yo no estoy gritando! ¡Yo nunca digo nada! Y el ángel le respondió: ¡Como que no dices nada si no paras de gritar! Nicolás le dijo: ¡Le insisto señor ángel yo no le he dicho nada! Pero tu cuerpo no para de gritar Tus manos, tus pies… todo tu cuerpo esta gritando. Te voy a colocar un poco de mis polvitos mágicos detrás de tus orejas para que puedas escuchar al resto de tu cuerpo.

De esta forma, Nicolás pudo escuchar como el resto de su cuerpo gritaba y se quejaba, diciéndole que quería regresas a casa.

Durante los días siguientes Nicolás escuchaba como su madre le decía un Te amo, a su padre con la mirada. De esta manera, Nicolás aprendió a transformar sus gestos, miradas y actitud cuando se encontraban enfrente de otras personas.

No hay comentarios:

Publicar un comentario